Si bien es cierto que hace unos años parecía impensable hablar de alta cocina en establecimientos de comida rápida, cada vez se hace más común encontrar elaboraciones con sello de estrellas Michelin en cadenas de fast food. McDonald's, Burger King y hasta la famosa marca de Donuts han colaborado con chefs de la talla de Dani García y Dabiz Muñoz invitando así a una redefinición de aquello que siempre hemos pensado que deben ser estos alimentos.
Y es que el concepto de comida rápida gourmet es una realidad. Se trata de platos a base de ingredientes de primera calidad.
Mientras que en las versiones tradicionales suelen ser procesados y estandarizados, la comida rápida gourmet apuesta por carnes selectas, panes artesanales, vegetales frescos y orgánicos. Esto no solo mejora el sabor, sino que también hace que los platos sean más nutritivos.
Desde el uso de brioche de mantequilla en lugar de pan estándar, hasta la incorporación de chutneys, salsas caseras y quesos de alta calidad, cada elemento está cuidadosamente seleccionado para sorprender al paladar.
Asimismo, buscan una visualidad más impactante, por lo que suelen prestarle especial atención a la presentación.
Por supuesto, el proceso de preparación es más complejo que el de la comida rápida convencional, aunque se mantiene el enfoque en la rapidez. Como es de esperar, la calidad tiene un precio. La comida rápida gourmet, debido a los ingredientes y técnicas culinarias utilizadas, suele ser más cara.
Tampoco le faltan detractores a la tendencia. Algunos críticos opinan que el hecho de acuñar una hamburguesa de cadenas rápidas con el sello de un cocinero Michelin no significa en absoluto estar frente a un plato de alta cocina. Pero, lo cierto es que aún queda mucho camino por recorrer en materia de comida rápida gourmet.
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